La instalación de placas solares reduce significativamente la factura eléctrica mensual y la dependencia de la red pública. Esta independencia energética protege contra el aumento del coste de la electricidad y contra la volatilidad en el precio de los combustibles. Los analistas prevén un aumento continuado de los precios de la electricidad, por lo que la energía solar sigue siendo una solución rentable y una inversión a largo plazo en el futuro.
Los paneles solares fotovoltaicos capturan la luz del sol, provocando que los electrones que hay en las células de silicio liberen energía que se convierte en electricidad en forma de corriente continua. Convirtiendo mediante un inversor la corriente continua en alterna, se hace útil para viviendas y empresas. Se puede adquirir energía eléctrica de la red pública si necesita más energía de la que sus paneles solares pueden generar.
A diferencia de la energía generada por los combustibles fósiles, la energía solar no libera emisiones peligrosas de dióxido de carbono (CO2). Contar con soluciones energéticas sostenibles sin carbono es esencial para ralentizar el cambio climático y prevenir mayores daños al medio ambiente.